La expatriación de un empleado es siempre una meta que necesita de una serie de capacidades y de adaptaciones activas por parte del trabajador expatriado. No solo en su vida profesional, sino también en su vida cotidiana.
Tiene que alcanzar el reto del nuevo puesto de trabajo, pero también de enfrentarse a un aislamiento y aprender a vivir en un entorno cultural totalmente nuevo y diferente.
Para lograr su misión de expatriación (y/o impatriación), el colaborador necesita un apoyo profesional antes, durante y después de su estancia en el extranjero. La mejor ayuda posible es recurrir a un coaching individual de acompañamiento.
La ida: antes de proponer a un empleado un puesto de trabajo en el extranjero, es importante saber si tiene el perfil para irse.
Dudas y miedos a lo desconocido, a dejar su mundo atrás o a no saber adaptarse a la cultura local, pueden surgir tanto a nivel individual como familiar, y es en este momento cuando un acompañamiento es indispensable para los futuros expatriados (y las parejas de estos), ya que es el momento de determinar si los perfiles son proclives a lo desconocido. Una expatriación fracasada tiene un coste enorme para la empresa.
En el país: acompañar al empleado y su pareja mediante una metodología adaptada a cada situación. Acompañar para descubrir, consolidar el proyecto y convertir esta transición en una ventaja para hoy y para mañana.
La vuelta: preparar al empleado (y su familia) a pensar y organizar la vuelta al país de origen para evitar un “choque cultural inverso”. El país de origen habrá cambiado durante la ausencia del trabajador y por ello es importante reconstruir puntos de referencia antes de volver, para así evitar el estrés y la sensación de estar perdido en su propia empresa y/o país.
Objetivos:
Ser eficaz durante los 100 primeros días en un contexto cultural distinto.
Entender y dominar la comunicación intercultural apoyándose en sus propios estilos de aprendizaje.
Crear y desarrollar redes locales, profesionales y personales.
Encontrar el equilibrio en distintos ámbitos de vida y abrirse a una nueva cultura, integrándose rápidamente.
Objetivos:
Ser eficaz durante los 100 primeros días en un contexto cultural distinto.
Entender y dominar la comunicación intercultural apoyándose en sus propios estilos de aprendizaje.
Crear y desarrollar redes locales, profesionales y personales.
Encontrar el equilibrio en distintos ámbitos de vida y abrirse a una nueva cultura, integrándose rápidamente.
Los programas son dirigidos a grupos, equipos…